En menos de diez días la Dirección de Aduanas decomisó 4 millones 349 mil 90 dólares en dos partidas procedentes de Nueva York, escondidos en bocinas, y ayer fueron incautados otros 491.280 dólares, en el aeropuerto de Miami, consignados a República Dominicana ocultos dentro de una silla acolchada.
Esos alijos de dólares, incluido el confiscado en la terminal de Miami, representan más de 380 millones de pesos al cambio oficial de divisas, clara señal de que se trata de importantes operaciones vinculadas con el lavado de activos procedentes de actividades criminales o ilícitas.
Los dos contrabandos descubiertos por agentes aduanales dominicanos sumaban cada uno US$2,174,000, lo que indica que provienen de una misma contabilidad, porque también ambos cargamentos fueron ocultados dentro de equipos de música, procedentes de Brooklyn, Nueva York, con destino al puerto de Haina Oriental.
Las autoridades no descartan que otros alijos lograran burlar los controles aduaneros tanto aquí como en Estados Unidos, por lo que debe colegirse que se trata de una operación de gran envergadura entre bandas, posiblemente vinculadas al narcotráfico, asentadas en Estados Unidos y República Dominicana.
Tanto dinero no parece destinado a guardarse debajo de algún colchón o en una gaveta, por lo que seguramente los dueños o mercaderes tendrían aquí contacto para realizar labores de lavado o de consignarlo a cárteles sudamericanos en pago de drogas enviadas a Estados Unidos.
Una historia de tinte rosado sería la de que personas físicas o jurídicas intentan repatriar capitales a Santo Domingo para evadir pago de impuestos, pero ese cuento es muy difícil de creer, aunque se admite la premura de intentar introducir aquí tres cargamentos por más de cuatro millones de dólares en menos de diez días.
El director de Aduanas, Eduardo Sanz Lovatón, prometió que los contrabandos millonarios de dólares serán investigados para identificar a los dueños del dinero, lo que sin dudas obliga a indagar compañías que transportan mercancías desde Estados Unidos y otras de gestiones de embarques denominadas “courier”, que tuvieron a su cargo el manejo de las bocinas y las sillas repletas de dólares.
La ley anti lavado obliga a autoridades monetarias, financieras y a la banca múltiple a identificar e informar al Ministerio Público sobre el trasiego de activos provenientes de actividades ilícitas, como serían los lotes de dólares decomisados en aduanas de Haina y Miami. A ver si algún peje gordo cae en las redes de la justicia.